domingo, 27 de diciembre de 2015

Star Wars: El despertar de la fuerza para los que no dan pie con bola

Poster oficial Star Wars The Force Awakens
La tan esperada Star Wars volvió y con su séptimo título consiguió despertar nuevamente la fuerza de millones en el planeta, quienes han pagado la boleta para verla y así encaminarla hacia récords de recaudo por donde se mire y es tanto el interés impulsado en medios, que hasta el más desprevenido se anima a ir a verla, así sienta que pierde su dinero por no entender ni mú de la saga galáctica.

Soy un aficionado simple, nada de fanático, ni geek, ni coleccionista. Solo fui creciendo a la par con la historia de Star Wars y aparentemente soy de los que sí entiende bien su trama... (Porque hay muchos que todavía piensan que si el hijo de Luke es Anakin y ¿a qué horas va a pelear Anakin contra Darth Vader?)




Entonces, empecemos por contar de qué se trata el mundo de Star Wars de manera práctica y resumida: es la historia de una familia, la Skywalker, que se destaca porque sus miembros suelen tener poderes, donde unos luchan a favor del bien y otros, del lado del mal. En esa batalla llevan tres generaciones: Abuelo, hijos y ahora, nieto(¿s?)

Los que luchan por el bien, usan la fuerza como su arma principal y quienes la dominan, se convierten en Jedis. Los que se dejan seducir por el otro bando, usan el lado oscuro de la fuerza y cuando se vuelven maestros del mal, se gradúan como Siths, es decir siempre en cada una de las cintas habrá enfrentamientos entre Jedis y Siths. Los Skywalker no son los únicos que dominan la fuerza en cualquiera de sus dos lados, existen otros en el Universo capaces de lograr lo mismo, sólo que Star Wars se enfoca en los conflictos de esta familia.

En la séptima entrega, ya son los nieto(¿s?) los que van apareciendo en el ruedo, porque la franquicia da al menos para dos entregas más y se basará en ellos y quizás sus descendientes. Hay que decir que si Star Wars es una enciclopedia, George Lucas, su creador, empezó por contar la historia desde el tomo cuatro, en 1977, al que llamó: Una nueva esperanza.

Dos décadas después, lo que hizo fue terminar de ensamblar su trama y presentó los primeros tres tomos, que se dedican a contar la historia de Anakin Skywalker y cómo es que la vida lo lleva a convertirse en el que hoy el público reconoce como el villano mas famoso del cine, o sea Darth Vader.

¿Por qué contar todo en desorden? Un argumento dice que fue por presupuesto y disponibilidad tecnológica en los 70s. En esa época no había cómo llevar al cine lo que se imaginaba Lucas para la historia desde su comienzo.

Ya en el siglo XXI, una vez cumplió con el sueño de rodar su historia de principio a fin dividida en seis películas, Lucas creyó que su obra estaba terminada, por lo menos de su parte, por eso si alguien quería agregarle aunque fuese una coma, debía ser lejos de sus manos. Es así como le vendió la franquicia a Disney y la superpoderosa industria se encargó de darle nuevamente vida.

El reto de Disney era sostener la filosofía de ese mundo galáctico que tiene millones de seguidores, algo así como seguir contando la vida de Harry Potter, sin que ahí aparezca la influencia de su creadora JK Rowling.

El despertar de la fuerza fue escrita a tres manos: J.J. Abrams, Lawrence Kasdan y Michel Arndt, se encargaron de revitalizar la saga.

Una de las estrategias para apostarle al éxito de la nueva entrega fue la de utilizar al grupo original de actores que dio vida a los personajes. Por eso llenos de arrugas, pero con gran acierto, aparecen nuevamente Han Solo, Chewbacca, Leia y Luke Skywalker, entre varias caras viejas conocidas que salieron en los filmes de la década del 80.

El despertar de la fuerza respeta el paso de los años de estos personajes, aunque sólo da destellos de qué pasó en sus vidas entre aquella escena final del sexto capítulo en el planeta Endor donde terminan con cara de felicidad y abrazados en medio de una fiesta, Leia, Luke y Han Solo y lo que viven en la actualidad, donde el Universo parece estarles ganando la batalla.

¿Y Anakin? ¿Y Obi Wan? ¿Y porqué ahora R2D2 es un robot esférico?...

La séptima película entonces contará la historia con los personajes de antes ya viejos, pero sin Anakin porque ya está muerto a esta altura del rollo... Murió porque decidió quitarse la máscara para ver a su hijo Luke cara a cara antes del último aliento. Recuerden que en otra película, de las filmadas a inicios de este siglo (La venganza de los Sith), cuando pelean Obi Wan contra Anakin en el planeta Mustafar, Obi Wan mutila a Anakin y este cae cerca de la lava, que lo deja hecho un rastrojo... Debido a eso es que Anakin queda obligado a usar máscara, para poder respirar y mantenerse con vida... (Entre septiembre y los primeros días de diciembre repitieron en la mayoría de los canales de cable la secuela entera... Ayúdense, véanlas cuando las pasan... Total si están perdidos, por favor ver: El retorno del Jedi)

De igual forma, una vez esté en la sala de cine, note que la historia ya se empieza a centrar en Rey, la que provocó el despertar de la fuerza después de tanto tiempo. Además, dese cuenta que todos los personajes viejos empezarán a tener sus finales. Harrison Ford ya no está en edad de piruetas, así que Han Solo tendrá que pensionarse sí o sí. Y seguramente lo mismo ocurrirá con Luke y Leia, quienes aportarán más desde sus conocimientos, que desde el campo de batalla, a menos que así de trágicas les tengan destinadas sus muertes.

Como la historia continúa, hay oportunidad para nuevos personajes, ellos son Finn, BB8, Kylo Ren, Snoke, Maz Kanata y la misma Rey, entre otros. Habrá que ver en las futuras películas cómo es que el lado oscuro volvió a surgir y quién se proclama como su líder. En la séptima película dan a entender que el maestro Sith es Snoke, pero no se cuenta nada sobre su origen. Y bueno, si los escritores son genios, seguramente atarán cabos sueltos y alguien resultará siendo hijo de alguien o heredero Skywalker. Por lo menos en esta, el malo es el niño rebelde que fue seducido por el lado oscuro, a pesar de ser el nieto Skywalker, o sea el hijo de Leia...

Si ya la vio y todavía pregunta ¿La muchacha es hija de quién...? Pues aún no se sabe, no lo han dicho; quedará para las próximas entregas la sorpresa sobre su pasado y si tiene genes Skywalker.

Ojalá hayan atinado a una y no sigan tan perdidos después de cuatro décadas de andar entre la fuerza...

PD: ¿Y que pasó con el marcianito verdecito ese que salía antes?

sábado, 14 de noviembre de 2015

Nueva York para bajos presupuestos: tips

Muchos sueñan con estar en la gran Nueva York, conocerla, visitarla, admirarla, disfrutarla y poco más de 20 millones de personas, vivirla. A mí me llegó la hora de conocerla y siete días no fueron suficientes para explorar todo lo que la ciudad tiene para bien y para mal.

La idea de entregar los famosos tips para ustedes, los que también quieren ir, no sólo es porque es mercadeo efectivo para la nota sino porque realmente sintetiza y se convierte en una especie de guía para quienes quieren otro punto de vista antes de tomar la decisión.

Empecemos entonces por decir que este es un texto para ayudar a quienes tienen poco presupuesto. Nueva York es 'antimochila', es una ciudad costosa y te sabe sacar cada dólar que lleves en el bolsillo.


Yo nunca me he hospedado en hoteles cinco estrellas ni he tenido la oportunidad de pagar un viaje todo incluido, por lo que ya es mi costumbre planear todo desde los tiquetes de avión hasta el presupuesto de regalos.

TIP 1: Aeropuerto

Nueva York tiene tres grandes terminales: El JFK, La Guardia y Newark (que es de New Jersey, pero también sirve a la capital del mundo). Trate de que su vuelo sea de los que aterrizan en La Guardia, ya que es el más cercano y por 1.75 dólares puede salir en transporte público hacia Long Island. Desde el JFK son 6.75 y desde Newark, 13 dólares (Todas estas recomendaciones son para los que no llevan más de una maleta de equipaje)

En La Guardia puede pagar el pasaje directamente en el bus. En Newark debe pagar en unas máquinas de autoservicio, el tren que va hacia Penn Station en Manhattan. En el JFK aborda el AirTrain y en la estación de Suthpin paga el pasaje del AirTrain y el del intercambio hacia New York.

Si la intención es hacer un viaje de una semana promedio y se va a mover en transporte público, lo mejor es que compre la metrocard y un weekly.

Todos estos precios irán incrementando con el pasar de los años, para quienes lean este post en el futuro, pero las proporciones seguramente se mantendrán.

TIP 2: Hospedaje

A pesar de haber estado una semana, no fue tiempo suficiente para conocer los cinco distritos de la ciudad. Me faltó el Bronx, zona norte y donde queda el Yankee Stadium, por ejemplo. Sin embargo, si a ustedes les aparecen ofertas de hospedaje en la zona, no las descarten, a pesar de que yo no puedo dar referencias al respecto.

Ante mi incapacidad de poder pagar un hotel (la noche en un dos estrellas es de 80 dólares promedio) mi elección fue entonces un homestay, que por 400 dólares la semana (tampoco tan económico si se convierte a mi moneda local) me permitió resolver el problema de la estadía.

Así emergen sitios alternativos como airbnb, tripping, homestay, wimdu o craiglist, donde las familias rentan parte de sus casas a los viajeros.

Para mí es importante que el lugar esté en un área de fácil acceso hacia la ruta del aeropuerto, por eso más que buscarlo cerca del corazón de Manhattan, era importante que no me obligara a usar un taxi como único medio de transporte a la hora de regresar a la terminal. Un buen lugar es Jackson Heights, o sus alrededores, ya que es la intersección entre el JFK y La Guardia y si tiene que pagar un taxi, al menos quedará en la ruta y algo de dinero ahorrará. Si su aeropuerto es Newark lo mejor es encontrar algo cerca de Penn Station en Manhattan, será poco probable que salga económico.

Enero es el mes de los descuentos en los hoteles, la razón es obvia, paga menos, pero se aguanta el invierno en su esplendor. Para quienes van solos y no necesitan de privacidad, pueden elegir los famosos hostales o backpackers, que cobran 50 dólares, promedio.

TIP 3: Comida

En este punto, Nueva York se redime con uno, o mejor, con el bolsillo. Comer no será inconveniente, hay de todo y por módicos precios, todo depende del lugar que elija. La comida callejera de Manhattan está monopolizada por los carros de comida tipo 'halal' (suena a turco y en realidad sí es un estilo de cocina de oriente medio). The Halal Guys tienen el puesto más famoso de Manhattan (¡Ya hasta tienen referencia en Wikipedia!). A toda hora hay fila para comprar y sus precios son muy buenos, por 10 o menos uno consigue un buen plato y bebida.

Desayunar en Jackson Heights también resulta agradable, pues es el área latina de Nueva York.
En Brooklyn se consigue buena cocina europea, pero es New York y no darse la oportunidad de comer una pizza o una hamburguesa sería el colmo.

TIP 4: Qué hacer

Una forma de organizarse en el viaje es con el citypass: una libreta con acceso a varios lugares y que ahorra cerca del 20 por ciento del precio individual de cada lugar.

El citypass tiene entradas al Rockefeller Center, Empire State, Liberty Island, Museo de Ciencias Naturales, Museo del 9/11, Museo de artes y el Museo de Guggenheim. Cuesta 114 dólares.

La visita a cada uno de estos lugares puede tomar medio día, así que se convierte en la actividad principal de cada jornada. Yo recomiendo el Museo de ciencias, el mismo de la película de Ben Stiller y Robin Williams, así no compre el citypass.

Si no le toma mucho tiempo aprender a orientarse, entonces puede usar el sistema de buses para conocer Manhattan de punta a punta. 

El metro es la opción más rápida, pero es subterráneo, así que no verá nada más que lo que hay en el vagón. Eso sí quedará maravillado con la red de túneles y la nunca descrita ciudad que vive bajo tierra.

Si tiene suficiente presupuesto, puede hasta darse el placer de ir a una de las obras de Broadway. Cuando las salas no se llenan, descuentan hasta el 50 por ciento de la boleta para las funciones de esa misma noche.

Y bueno, su viaje puede coincidir con grandes celebraciones o eventos de magnitud como la maratón, el año nuevo o la conmemoración del 9/11, entre la gran cantidad de actividades que tiene la ciudad a lo largo del año y eso es algo que tampoco querrá perderse.

Una semana no fue suficiente para mí y poder estar en cada rincón de la ciudad. ¿Cuántos días más se necesitan? Quizás ni los que han vivido toda su vida allí conocen todo lo que tiene. 

Nueva York es un lugar para planear un viaje temático, quizás así sí alcance el tiempo. Por ejemplo, ir por sus actividades deportivas y visitar sus estadios, asistir al Madison Square Garden a un juego de la NBA, o ir sólo por conocer su sistema de transporte y sorprenderse con ver un metro repleto a las 11 de la noche, cuando ya ha pasado la hora pico, o ir de compras, también se consiguen buenos precios pero nunca alcanzará la billetera con la cantidad de cosas que hay.

Ahora debo volver a llenar la alcancía y esperar a que el dólar no siga apreciándose descomunalmente para poder volver pronto a la gran manzana y seguir viviendo parte de ese sueño que desde siempre han tenido los que llegan a Nueva York, la ciudad de las puertas abiertas a los inmigrantes.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿Qué es un 'prom'?

Hoy quiero acordarme de undécimo grado. Muchos tienen cantidad de historias del último año de colegio, el primer escalón hacia la madurez. Hice parte de una promoción por la que, a decir verdad, los adultos de aquél entonces apostaban entre poco y nada y el descaro es que cada profesor lo reflejaba cuando entraba al salón, la cara de Jirafales se repetía cada hora, cada día, cada entrega de boletines en ese once, esa generación con la que terminé mi vida en el colegio.

Son muchos desafíos que se vienen en poco tiempo: algunos entran en la mayoría de edad y comienzan en febrero con tarjeta de identidad y terminan en noviembre con cédula. Los varones tienen que incrementar el abastecimiento de cuchillas de afeitar y las mujeres a darle más seguido al tema de la cera. Los hombres se enfrentan a la definición de su situación militar, a diciembre se llega vivo o reclutado, no hay otra opción. Además están el Icfes y la pendejada de escoger una profesión para la vida… ¡ufff!, ¡ah! Y por si fuera poco: ¡Hay que pensar en la despedida!, ¡Casi nada! ¡Por favor! ¿Excursión? ¿Pre prom? ¿prom? ¿post prom?

¿Y el rendimiento académico? Para allá voy, gracias al sistema de calificación implementado por el gobierno nacional, llegué a once sin perder ningún año, (¡No pues!, ¡qué logro! ¿Lo felicitamos?) Cursé mi último año con la condicional de pasar algunas materias pendientes de décimo (ese es el sistema que se manejaba, promotor de mucha vagancia, a propósito)

Como sea, en 1998 estaba en grado once, pero un once bastante peculiar. Resulta que sólo hubo un curso; tradicionalmente hay dos o tres y promociones que alcanzan los 100 alumnos. Es normal escuchar en los torneos intercursos Once A contra Once B y ese día se paraliza el colegio… Pero a mí no me tocó, consecuencia del sistema de promoción, que hizo que se disparara el número de ‘vagos’ que debían hasta la marcada de los cuadernos. Las directivas del colegio decidieron dejar sólo un once con aquellos que estaban limpios o medio-sucios que podían expiar culpas (mi caso); el resto, a repetir décimo.

Es una lástima, porque me perdí del clásico de clásicos: Once A contra Once B, a once B lo habían ‘descendido’ (típico en el país de las 'Dimayoradas'). Pero bueno, los que estábamos en once podíamos sentirnos como los consentidos del colegio con todo lo que se venía.

El ‘iluminado’

En abril llegó la hora de ajustar las cuentas pendientes. En Semana Santa tenía que aprenderme toda la física del año anterior. Lo que no había aprendido en diez meses debía superarlo en siete días ¿Cómo era eso posible? Era Semana Santa, la fe lo hizo posible. Aprenderse que la distancia es igual a la velocidad por tiempo, en un movimiento uniforme o que en un tiro parabólico tenemos una velocidad inicial, velocidad final, aceleración y gravedad, más un eje X y un eje Y, fue algo realmente estoico y de aplaudir. Sin detallar que también debía pasar ¡Trigonometría!

Por obra y gracia del Espíritu Santo fui tocado con su sapiencia y todo entraba y se quedaba en mi cabeza. Era tan mágico, que hasta tuve tiempo de recrearme yendo al estadio y ver Millos vs Cali. Inolvidable aquella noche… John Mario Ramírez puso tremendo pase gol…

A la hora de presentar las evaluaciones veía el milagro, cuando mi mano izquierda llenaba por primera vez las hojas examen dobles que en el pasado fueron todo un océano de cuadrículas vacías en las manos de la profesora Isabel. Ahora, ella, la verdugo, no podía con su cara. ¡JA JA JA! (Con eco) era vencida por este párvulo al que le estaban destellando chispas de nerd... ¡JA JA JA! (Otra vez con eco) Isabel se acostumbró a rajar, rajar y rajar… Culpa de los vagos, es cierto, pero yo ya no estaba en ese clan. ¡JA JA JA! No saliste sonriente, señora Isabel, ¡JA JA JA!

¿Preparación de Icfes?

El conglomerado de profesores tenía que hacer de tripas, corazón, recobrar algo de fe y apostarle a esa camada de 43 alumnos que sobrevivieron en aquél once para tratar de obtener un buen puntaje en el Icfes. Sí, era una buena motivación sentirse dentro del grupo de ‘elegidos’ que intentaría salvar la imagen de la institución.

Pero la fe alcanzó para mover montañas, no a este grupo de estudiantes. El curso no funcionó del todo bien, era un herido que debía ser salvado en un C.A.M.I... Prácticamente dado por perdido. El mal nivel desencadenó que las actividades extracurriculares, que todo alumno de once se merece, no llegaran. ¿Habría aunque fuera un chance de tener una convivencia, un anuario, una fiesta así fuera dentro del mismo colegio? La respuesta se veía llegar en una nube negra.

Las vacaciones de mitad de año se anunciaban con algo especial: reunión con los papás. ¡Ah bendita responsabilidad, llegabas a mala hora! El director de curso citaba a los acudientes para hacernos la vida imposible durante las vacaciones, se notaba que él era ENEMIGO PÚBLICO del deporte. Mi querido director en aquella reunión los instó a enviarnos a una preparación pre-icfes ¡NOOOOOOOOO!, este señor no se daba cuenta de que eso significaba que se me arruinaban mis planes de VER EL MUNDIAL DE FRANCIA 98. Ni siquiera le importó que Colombia estuviera entre los clasificados.

Y terminé inscrito en un pre-icfes en pleno Mundial (los que me conocen saben de qué soy capaz por no perderme un juego de fútbol con carácter de suma importancia) Camuflé un radio en la clase preparatoria y cuando el reloj iba a marcar la 1:00 p.m. como atleta en línea de salida esperaba a que sonara la campana (Saludos a Omar, quien desde octavo me enseñó ese pique endiablado a la hora de salida) 

Finalmente no sé si el pre-icfes sirvió de algo pues en el Icfes, no me salió ninguna pregunta ni tema parecidos a los que me hicieron estudiar. Pero eso sí, resultado de lujo anunciado ante todo el alumnado: 325 sobre 400. Sólo siete alumnos superamos los 300 puntos. ¡En ese colegio nos querían perpetuar con bustos de bronce!

La alcancía, ni se tocó

Pasaban los períodos y las cosas lucían como la parte norte de una vaca que mira hacia el sur. ¡Qué desastre de curso! Y todavía faltaba el remate de año, significando que los ánimos de la mayoría andaban por el suelo y las ganas de hacer fiestas, bazares o cuanta cosa patrocinara la excursión sólo las tenía un puñado de nerdos que presentían iban tener su diploma en diciembre. Y ni hablar de pre prom, prom,  post prom o cuasi prom… ningún papá financiaría la vagabundería.

De los 43 del curso, apenas unos 20 tenían esperanzas de lograr la anhelada graduación, por eso era lógico pensar que al resto no le importaba despedirse cuando ya se veía repitiendo al año siguiente. No habían ánimos ni para minitecas (¿Mini... Qué? ¡Qué carvernario!). El Personero de los estudiantes no tenía cara para pedir ayuda ante el Consejo Académico, sobre todo si tenemos en cuenta que en 1998, el colegio cumplía 25 años y la promoción de las bodas de plata nadaba en boñiga hasta el cuello…

Los grados décimo suelen contribuir con la fiesta de homenaje de despedida de los once, dicho homenaje resultó en un chuzo (lugar que pretende ser bar, pero por su apariencia y clientela no da la categoría) en la 174 con séptima, para eso alcanzaron el presupuesto y los ánimos.

Allí, acompañados de unas Águilas y un ambiente de pobreza, tuvimos nuestra despedida. Las niñas que suelen comprar sus vestidos para la fiesta más importante del colegio tuvieron que guardar ese dinero para otra cosa, un walkman, tal vez… (¿un qué? ¡Qué oso ni siquiera llegó a la era del Ipod!) En mi casa ni se enteraron que ese día era el día del adiós, porque alcancé a llegar a ver CMI y a alistarme para el día siguiente, como si nada hubiera ocurrido.

Y diciembre pasó factura. 16 nos graduamos en la ceremonia oficial de fin de año. 16 caras felices por haber logrado lo que parecía imposible, toda una epopeya, con grandes sacrificios, porque nos quedaron debiendo la excursión, los bazares, las fiestas y demás actividades que los de once tienen en cualquier colegio. Ese año ni siquiera nos dejaron cuidar a los cursos pequeños cuando los profesores se iban a reunión... ¿será que las directivas creían que les meteríamos malas mañas?

Seguramente las manzanas que venían en la fila para los años siguientes no salieron tan insípidas y fueron generaciones que sí aprendieron cálculo y contabilidad, disfrutaron de homenajes y fiestas, compraron vestidos para el grado y demás… en cambio, yo me gradué con la inclusión a un séquito de ‘nerdos’, que representaron aquellas bodas de plata en el colegio, pero aquello del ´prom’, la excursión o el anuario, quedaron en una fantasía que jamás probé.

viernes, 12 de junio de 2015

El arte de las películas en familia

Los puristas dicen que deberían abolir el doblaje de las películas. No se debería cometer el pecado de quitarle el sonido original de las voces por otras mexicanizadas u españolizadas, en nuestro caso de hispanohablantes, pero esos son los puristas... Aquellos que se muerden un puño cuando escuchan a Gokú como John McClane o Bruce Todopoderoso... Aunque un purista no tendría por qué andar viendo este cine comercial al que llaman, basura. ¡ops!

Ver una película sin doblar es agradable cuando uno se acostumbra a la voz original del actor, pero no por eso debemos darle machetazo limpio a las copias que vienen con audio doblado; la razón, sencilla, hay quienes por necesidad deben tener la opción del audio y no sólo me refiero a ese que dice "audio for impaired", sino los que además vienen doblados en múltiples idiomas.

No todos somos jóvenes y bellos (sarcasmo), hay adultos mayores que no tienen un rango y agudeza visual ideal para andar leyendo subtítulos y hacer un escaneo de la pantalla para ver lo que está pasando, si no me creen pónganle cuidado a sus papás...

Hay gente que quiere disfrutar de los mismos balazos, choques y maniobras de Denzel Washington, sin importar si habla con su voz en inglés o con una prestada en español, ruso, italiano, mandarín...

Gracias a actores de doblaje como Mario Castañeda, mucho de Hollywood es familiar, de hecho, en ciertos personajes, pues, por ejemplo, Castañeda encarna con su voz a Jim Carrey o Bruce Willis. También lo hace Juan Carralero, quien suele ser Will Smith, bueno, quizás apenas se estén enterando quienes son los dueños de las voces en español, pero cuando vemos películas dobladas con estos personajes, lo normal es que queramos oír la misma voz, como la de Carralero, quien adoptó a Smith desde el Príncipe del Rap y a la fecha sigue doblándolo en sus producciones.

Conflicto con papá

Habiendo abordado la parte teórica de esta entrada, pasamos a la anecdótica, la que inspiró este texto. Llevo varios años con un dilema que ha ido creciendo silenciosa y notoriamente: A la hora de ver cine con mi familia, se están acabando las opciones, la razón: ¡TIENE QUE SER DOBLADO!

Familia unida, permanece unida, hasta para ir a cine, pero resulta que ahora si la película no está doblada, la cabeza de esta familia decide abortar el plan. Así es, a mi querido padre le entró por ver cine doblado casi que en exclusivo y cuando no le quedan más opciones que entrar a la sala a ver una subtitulada, pareciera como si el maíz se le apichara y la gaseosa se le salara... El por qué, arriba quedó explicado.

Y cuando se trata de DVDs... La historia va por la misma vía. Ver un DVD con él es verlo en español y además, con subtítulos activados, cosa que si el diálogo pasó muy rápido o no se entendió, con el texto mitiga la falta de volumen, porque eso sí, podrá ser muy teatro en casa, pero mamá lo obliga a poner la película de tal forma que el estruendo de la explosión no la levante de un salto de su cama al otro extremo de la casa.

Ah, pero las películas en DVD no son las que vienen en caja y con todos los contenidos extras, no, no, no, no... Son COPIAS compradas en San Andresito, Chapinero o cualquier mantel tendido en un andén. Porque la piratería de películas reinó en Colombia, no hay nada que hacer. Por unos cinco dólares se pueden comprar unas cuatro o cinco películas, sin importar el título,género o si es estreno o clásico (Lo siento Andrés López, esa batalla contra los DVDs piratas se perdió).

¿Y en qué afecta que sea copia y no original? En mi caso, a la hora de ver el DVD con papi en la sala, suele ocurrir que el audio viene comprimido y no activado para los seis parlantes, entonces el sonido de la película se escucha en segundo plano, obligando a poner más volumen para que se entienda y los subtítulos no siempre son los del DVD original, sino bajados de internet y pegados a la fuerza, por lo que suelen desincronizarse. Ah y obvio en casi todas sale varias veces este anuncio que parece patrocinador: "This motion picture is a copy provided only for awards consideration".

Y no falta uno que otro "¿qué dijo?" o apretón al botón de retroceder...

A papá ya le están vendiendo ideas en la calle: Netflix y televisores 4K. Que evolucione el mercado, que tengamos una casa con tecnología de siglo XXI, pero eso sí, que le garanticen que Silvester Stallone dirá: "¡Rayos!, ¡Como un demonio!,¡Chinga tu mad...!"







martes, 26 de mayo de 2015

¿Y este a qué se dedica?

Llegó la hora de ponernos serios y/o sentimentales y recordar las cosas con las que me han dado algún salario, es decir con lo que logro financiar una que otra escapada a alguno de esos otros sitios donde han salido la mayoría de historias que he publicado en el blog.

Que le paguen a uno por escribir y escribir y seguir escribiendo, incluso cuando no hay de qué escribir, es bueno porque con la práctica se van mejorando muchas cosas, voy corrigiendo el estilo y hasta voy incluyendo nuevas jergas que aparecen. Escribir no es fácil, muchas veces hay que sintetizar ideas o tratar de expresar emociones en frases y sí que es arduo hacer conjugar ambas cosas, pero en el camino se van consiguiendo.
Con Ana Ivanovic.

Estas son historias publicadas entre 2012 y 2015. No las seleccioné todas, sólo las que requirieron mayor esfuerzo o pertenecieron a momentos álgidos donde la adrenalina es tanta que lograr enfocar el cerebro para coordinar una sola frase es supremamente difícil.

Por ejemplo, los títulos de Santa Fe y Millonarios en Colombia después de tantos años de espera:


O aquél 8-0 del Real Madrid a Millonarios:


Y las notas que ambientan el temario principal, en este caso, dos crónicas sobre hinchas:

 Y si hablamos de momentos álgidos, recuerdo el título mundial de Caterine Ibargüen:

Y entre los más tensionantes, que al final resultaron reconfortantes: los ciclistas colombianos en Europa:



O por ejemplo las notas homenaje:


Y los trabajos en video que me aumentaron las bolsas negras u ojeras que llaman... ¡Y de gratis! (extras que no pagaron)

Haciendo cosas como las anteriores es que me gano la vida para poder salir allá al mundo y traer más de esas anécdotas e historias que alimentan este blog de vez en cuando.


miércoles, 29 de abril de 2015

El combo de Santi, Caro, Lili, Giga, Peta y Tera

Gracias a la tecnología, tuve recientemente una especie de clase o exposición vía Skype. Sí, desde un humilde escritorio de un sector medio de Bogotá, Colombia para el mundo, cruzando el océano, viajando por cable submarino miles de kilómetros hasta un punto del glamoroso Reino Unido.

¿Y quién iba creer que yo terminaría metiendo a la profe Isabel en esta disertación? Mmm, un momento ¿Quién es la profe Isabel? La profe Isabel es quien se encargó de enseñarme física en décimo y undécimo en el colegio. ¿Y por qué la terminé metiendo en una disertación intercontinental? Bueno, a ella nunca la mencioné, pero sí basé mi exposición en sus enseñanzas.

Todo se desprendió de una pregunta básica que recibí cuando hablaba por Skype: “¿260 gigas son bastante capacidad, verdad?” A lo que respondí: “Aparentemente sí, pero es relativo” Y, así, cuál teorema de álgebra, empezamos a enredar lo que parecía sencillo.

Recibí una contra pregunta: “¿Una giga a cuánto equivale?” Se vino el grueso de mi exposición que desde este humilde escritorio viajó kilómetros y kilómetros hasta tocar tierra, en la zona central de la isla británica y que comenzó con mi respuesta: -“Una giga equivale a mil megas”- Y enseguida lancé el dardo al tablero: “¿Y mil gigas a qué equivalen…?”

Esperaba una respuesta para que entráramos en el mismo tono de juego… tic… toc… tic… toc… pasaban los segundos y no oía la respuesta: “¿Qué sigue después de giga?” fue lo que escuché.

Wikipedia “too much”

Entonces, para explicar la escala que nos tenía hablando de Gigas, Megas y demás, nos tuvimos que remitir al Sistema Internacional de Unidades, o sea a física de décimo (Tal vez hay colegios pupis que hoy en día enseñan eso en quinto de primaria), y en mi caso, con la verdugo Isabel…

Fue, entonces como hábilmente desde el Reino Unido surgió el primer intento de respuesta a mi pregunta de equivalencias y todo gracias a Wikipedia. Estaban consultando Wikipedia para salir del enredo, pero terminaron enredándose más porque el cuadro ‘wikipédico’ está tan completo, que se hace complejo interpretarlo.

Por eso lo que debía ser una respuesta similar a “mil gigas son una tera”, terminó confundiéndose con unidades de masa y longitud y la ruta acabó desviándose hacia los gramos y los metros. En otras palabras, si hubiese sido un examen, la rajada fue inminente.

Sistema Internacional, con plastilina

Una manera didáctica para explicar puede ser la siguiente. Supongamos que el Sistema Internacional de Unidades es una ciudad como Bogotá. Allí en Bogotá hay familias de abolengo, que son las magnitudes básicas en física, pero para que sea digerible, esas magintudes en esta nota son las familias de abolengo o ‘high profile’. Esas familias se distinguen por sus apellidos: Los Valenzuela, los Urrutia, los Casas, los Buendía, los Pombo, los López y los Pizano. En física serían longitud, masa, tiempo, electricidad, luminosidad, temperatura y sustancia.

Y recientemente llegó a esta ciudad otra familia proveniente, digamos, de Europa, por ejemplo los Böckeman, que en el sistema internacional es la magnitud referida a la informática, integrada hace poco tiempo. O sea, los Böckeman se acabaron de trastear a Bogotá.

Cada familia tiene sus papás, sus hijos, abuelos, sus bisabuelos, sus nietos, bisnietos etc. No importa si son los Urrutia o los López. Siempre habrá descendientes.

Y a esas familias una cabeza sobresaliente las representará. Será esa persona la que salga en las páginas sociales de las revistas o hasta las carátulas. Son los delegados del abolengo ante la sociedad. Lo que el Sistema Internacional denomina Unidades básicas.

Por ejemplo, para el S.I. la unidad básica de la magnitud de tiempo es el segundo; en nuestras palabras, la cabeza que moja prensa y es infaltable en torneos de golf en la familia Casas, es el señor Alberto.

Hijos y ceros

El S.I. sugiere que por cada vez que aumente o disminuya el cero en una unidad, se le bautice con un prefijo a la nueva unidad. (¿complicado, verdad?) En nuestro ejemplo cachaco, lo que sugiere es que si el señor Alberto es la cabeza de la familia Casas, su hijo pasará a ser una nueva cabeza, por lo que no se puede llamar Alberto, pero si quiere puede llamarse Mateo Alberto jr.

O sea, si la unidad básica de longitud es el metro, el cero más cercano que tiene, si lo vemos en escala es el del número 10 (1 metro, 2 metros, 3 metros… 10 metros). Por eso 10 metros serán  1 decámetro. Y si disminuye el metro, entonces la pareja de cero y uno más cercana es la que encontramos en -10 ( -90, -80, -70, -60… hasta llegar al -10) Y a esa unión de -1 con ese cero, se le denomina decímetro.

Partiendo de ese principio, entonces un 1 con un 0 es bautizado deca, no importa si es de la magnitud de longitud o de masa (decámetro o decagramo) o de cualquiera de las otras seis.

Y si son dos ceros con el 1, entonces a 100 se le denomina hecto. En la unidad de masa sería hectogramo.  El 1 con tres ceros se conoce como: kilo.

Giga, Tera, Peta, Natis, Marce, Lili

¿Y para qué rebautizar cada vez que aparezca un nuevo cero? Sencillamente para facilitar el nombre de las cosas. Y en vez de decir: “Me vende 1000 gramos de arroz”, le queda más fácil que diga: “¿me haces el fa’ de venderme un kilo de arroz?”. Aunque increíblemente también es válido que diga: “me vende un millón de miligramos de arroz”, pero corre el riesgo de que no le entiendan y lo saquen a palo de la tienda.

Es igual que con nuestras familias. Si la hija de la segunda generación Urrutia se llama Ángela Carolina Urrutia Santamaría de LeRoux. Para evitar tanta letra y ahorrar tiempo, a ella todo el mundo la llamará: Caro (Porque odia el primer nombre: Ángela, que se lo pusieron para honrar a la tía, pero no puede deshacerse de él, así nunca lo mencione) y así le será más fácil a todo el mundo reconocerla. Hasta el chofer de la ruta la saludará: “Niña Caro, ¿cómo me le baila?”.

Es decir, que no está mal llamarla Ángela Carolina Urrutia Santamaría de LeRoux, hija de Santiago Andrés Urrutia Ocampo y nieta de Nando Urrutia Vélez. Lo que en el S.I. equivale a decir que 1.000.000 de miligramos  es lo mismo que un 1 kilo. En resumen, que Ángela Carolina Urrutia Santamaría de LeRoux, hija de Santiago Andrés Urrutia Ocampo y nieta de Nando Urrutia Vélez es lo mismo que Caro.

Y la misma historia ocurrirá con Pili, Lili, Nico, Mafe, Mapis, Gio, Pipe, Tepi, Nati, etcétera.

En conclusión, Giga viene siendo el nieto de Kilo, el hijo de Mega y el papá de Tera. ¿Entendido? Gracias y ojalá respondan así sus exámenes de física y verán la misma cara que un día puso la profe Isabel y lo didácticas que saldrán sus conversaciones intercontinentales…

Twitter: @alejodiceque

Un poquito fanático de Montoya

Sólo cuando él tiene 39 años vengo a darme cuenta de que soy un 'Montoyadependiente' y sólo ahora que reviso la cantidad de material que guardé de él puedo decirlo y reconozco que sí soy su fan. A Juan Pablo Montoya ni lo conozco en persona, pero qué importa, para bautizarme como uno de sus fanáticos basta con recordar cada maroma que he hecho para seguir su carrera.

Obvio fue su momento en Fórmula Uno en el que la fiebre era evidente, aunque en ese entonces no haya sido consciente de que preferí comprarle a Montoya su álbum de BonBonBum sobre los cuadernos de Ana Sofía Henao o cualquier disco de Metallica...

Todo empezó en 1999, cuando ganó en Long Beach. Por radio, Germán Mejía Pinto se descocía de la emoción al reportar a Montoya como el ganador de la válida en la Fórmula Cart. Desde entonces, el Canal Uno compró las transmisiones de la temporada y Caracol Radio le abrió un espacio en una de sus emisoras a los Mejía para que transmitieran sus carreras.

Fue como si hubieran anunciado el IPhone o la integración de tarjetas en Transmilenio: absoluto éxito de taquilla. Montoya ya había corrido dos válidas ese año, pero solo fue después de Long Beach que me inocularon la fiebre Montoyadependiente.

Por fortuna la mayoría de carreras era en horario dominical y decente, es decir pasado el mediodía, pero había sus excepciones y es ahí cuando debo reconocer que sí me volví su fanático. La Cart competía en Australia y a medianoche en Colombia, en mi casa todos andábamos como si fuera 24 de diciembre, solo que sin la música de ¡Candeeeela!, ni el vecino con la de ¡Oooooolímpica se metiooooooó!

Una vez, una de las carreras no pudo terminar el domingo por lluvia y decidieron acabarla el lunes: ¡Nooooooo! En plena clase iba a ser imposible seguirla, pues un inconsciente afiebrado como yo no iba a dejar que eso pasara. Con sigilo y la experticia de agente de la DEA, me camuflé un audífono pequeño que salía por una de las mangas de mi camisa y cada vez que podía me llevaba la mano a la oreja y problema resuelto... "Viene Montoya, cruuuuuuza Montoya... ¡Atención pits, pits, pits... A pits Montoya! ¿En qué clase estaba?, quien sabe.

No salí a echar harina ni a pitar cuando quedó campeón, ni de las 500 millas de Indianápolis ni de la temporada. Qué pésimo fanático o qué pobre muérgano al que su mamá no le dejaba asaltar la cocina.

Una vez el hombre pasó a la Fórmula Uno, la mercadotecnia hizo de las suyas y en consecuencia resulté con tanta maricadita de esa época: afiches, camiseta Michelin, revistas, fotos, grabaciones hasta mis diseños de calendarios con las escuderías y pilotos.

La Gran Carpa obligaba a madrugar. Sí y no solo los domingos, también los sábados porque fanático mamerto que se respete siguió las clasificaciones completas, las 18, una tras otra cada uno de los años en que compitió en la máxima categoría.

Los primeros años fueron tortuosos, porque la Fórmula Uno es un negocio que no se compra de emergencia al tercer domingo de la temporada y en ese entonces los derechos exclusivos los tenía un canal, hoy en Q.E.P.D., llamado PSN. Quedaban dos soluciones o tener el cable con PSN o la cuasi-extinta parabólica con la señal de O Globo (el único que podía transmitir en directo a parte de PSN) En mi casa no había ni a ni b. OMG! Pues a la casa de una amiga de mi hermana fui a parar. Sí, ¡Todos los domingos de carrera a las 6:40 a.m. iba a despertar a esa familia para que me dieran permiso de ver la carrera! Sólo un fanático desquiciado hace esas cosas...

Y si tenía clases de 7:00 los sábados, me quedaba en la puerta del salón hasta que cantaran "bandera a cuadros" pero no entraba sin saber en qué posición había clasificado. Los locos fuimos muchos, hasta los gerentes que decidieron unir Caracol y RCN: "una sola radio para la Fórmula Uno".

Cómo olvidar aquel domingo en que Montoya hizo una de las maniobras más grandes de la historia de la Fórmula Uno, cuando en Brasil pasó a Michael Scumacher, en su tercera carrera en la categoría... ¡Y yo en un colectivo! WTF???? Tenía trabajo de grupo de la universidad y no había logrado estar a tiempo en la casa donde nos reuníamos (a tiempo para la carrera porque para la cita sí iba puntual). Cuando llegué, obvio pedí la señal contra viento y marea en aquel lugar (La familia Rincón) donde el televisor era un adorno al que le pasaban la plumilla de limpiar polvo nada más.


Y si la carrera en Malasia o Japón y la hora no ayudaba, no importaba, ahí estaba despierto escuchando por radio, es más una vez mientras en el bar sonaba Joe Arroyo, yo con mi audífono camuflado seguía a Montoya en Suzuka.

Me tocó vivir la época en la que decidió dar el salto y cambiar la Fórmula Uno por la Nascar cuando trabajaba en El Tiempo. Ese día, aquél domingo fue enorme para mí, pues vi cómo el grupo de periodistas de deportes logró convencer a Montoya de hablar desde Estados Unidos, donde hizo el anuncio, para el periódico. Aquél día no fue el fanático sino el periodista el que presenció la noticia.

El hombre regresó a la Indy, donde tiene nuevamente más chances de ser protagonista y donde le volví a tomar el vuelo. Algunos lo creen vetusto y ya casi un ex, no tengo idea cuántos años más siga, pero sé que por él es que sé algo de automovilismo y es por él que nuevamente vuelvo a estar en la jugada y no soy al único que le pasa lo mismo.


Ah, y un dato más que sustenta mi confesión: ¡Gracias a Montoya tengo visa americana! Sí, le dije al cónsul que lo quería ir a ver en Indianápolis y me selló el pasaporte, al fin y al cabo tengo que reconocerlo soy 'Montoyadependiente'.

Twitter: @alejodiceque